Estos días atrás he estado leyendo mucho acerca de los donuts. Esto ha hecho que retrasara un poquito la publicación de la receta, que también es más larga de lo normal, pero creo que ha valido la pena, porque, a excepción de la anécdota del agujero, que tampoco es que conociera al detalle, no sabía de sus orígenes ni de su etimología. Así que me dispuse a investigar para desburrarme un poco. He encontrado de todo, desde quienes afirman que el donut existe desde el principio de los tiempos, algo así como la manzana de Adán y Eva ( ...es lo que tiene internet ), hasta un origen, más lógico, emparentado con numerosas preparaciones de la Europa de la edad media. Así que intentaré daros mi opinión, más o menos razonada, acerca de lo que he leído. Al final os pondré las direcciones para que podáis consultarlas y sacar, si queréis, vuestras propias conclusiones.
La explicación a mi juicio más creíble sea quizás la que cuenta que, cuando los colonos holandeses llegaron a lo que hoy en día es Nueva York (entonces New Amsterdam), en el S.XVI, trajeron con ellos un pequeño dulce al que denominaban olykoeks (cocas de aceite o bollos de aceite). Se trataba de una suerte de buñuelo hecho con harina, huevos, azúcar y leche, que se freía en manteca de cerdo. De hecho, no solo en Holanda, sino que en toda Europa existían preparaciones muy similares que nosotros conocemos, ya que han llegado hasta nuestros días, como algunos tipos de rosquilla o los propios buñuelos. Dado que los olykoeks eran de forma redondeada y no demasiado grandes, los colonos anglosajones acabaron llamando a estas bolitas de pasta frita dough nuts, que significa literalmente nueces de masa, y así se prepararían durante al menos doscientos cincuenta años más. Esta denominación acabaría derivando primero en doughnut (doughnuts en plural) y más tarde en donut (donuts pl.), que es una forma menos tradicional pero tal y como se conoce hoy en día, aunque ambas formas sean válidas tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
La primera referencia escrita a este nombre no se encuentra hasta que un escritor norteamericano, Washignton Irving, los citara en 1809 en un relato humorístico y satírico bajo el nombre de "History of New York". El autor, que obtuvo un éxito rotundo a raíz de esta publicación, los menciona describiéndolos como "bolitas de masa dulce, fritas en manteca de cerdo y denominadas doughnuts u olykoeks". Gracias a la excelente acogida que tuvo el relato por parte del público y la gran popularidad que gozaría en la época, no sería de extrañar que contribuyera a difundir oficialmente el nombre de este pequeño bollo. Sin embargo, no sería hasta el año 1900 que aparecería la forma abreviada donut. Supongo que debido a la fonética, un poco como ha pasado con muchas palabras en todos los idiomas.
Respecto a la forma con la que conocemos el donut hoy en día, con un agujerito en el centro, la mayoría de versiones coinciden en que fue fortuita. Algunos creen que única en el mundo, algo que sabemos no es cierto, y otros, en el otro extremo, quitándole mérito refiriéndose al hecho como "manera de llegar a ser famoso sin inventar nada". Lo cierto es que al autoproclamado inventor del "agujero" se le ha rendido homenaje de distintas formas, entre las que se encuentra una placa conmemorativa en su ciudad natal o el propio epitafio de su lápida, que le reconocen como tal. Sin embargo, sin ánimo de pretender desmentir esta versión, es más que probable que el "bollo agujereado" ya fuera conocido con anterioridad. Aunque no como el donut norteamericano, eso también es cierto.
Parece ser que el capitán Hanson Gregory afirmaba haber sido el inventor del donut, en su forma actual. El hecho sucedería en 1847 en uno de los muchos viajes del capitán, entonces marinero ya que contaba con tan solo 16 años. Su madre, la señora Isabel, solía prepararle olykoeks para que se llevara durante sus travesías. Nadie se pone de acuerdo en como habría sucedido exactamente, por lo que numerosas hipótesis se disputan la veracidad de la historia. La versión a mi entender más improbable, pero la que me ha parecido de lejos más divertida, es la que dice que en un momento que requería toda su atención, Gregory, que estaba comiéndose un donut, necesitó utilizar ambas manos para manejar la nave, con lo que no se le ocurrió otra cosa que ensartar el bollo en uno de los brazos del timón, inventando así el famoso agujero. He leído otras versiones que dicen que simplemente no le gustaban los centros pastosos o poco hechos que solían caracterizar estos bollos, algo que al parecer se solventaba muchas veces introduciendo frutos secos en el centro, o rellenándolos de cremas diversas como los buñuelos, por lo que se le ocurrió que si hacía un agujero en el centro de la masa el bollo tendría más superficie por donde cocerse, permitiendo también una fritura más uniforme. Esta explicación sería más razonable, aunque también es verdad que podría haber conocido algún tipo de rosquilla en alguno de sus viajes, lo que le daría la idea de trasladarlo a los bollitos que preparaba su madre. Gregory defendía que la señora Isabel lo habría puesto en práctica de inmediato y pronto todo el mundo copiaría el ingenioso procedimiento.
No todos están conformes con este hecho, sin embargo, nadie aporta una versión oficial alternativa, por lo que el capitán aparece en numerosos lugares como el inventor del donut. Personalmente pienso que el hombre decía la verdad, él también podría haber tenido esta buena idea de perforar la masa, sin embargo, no faltan tampoco argumentos que la atribuirían a los propios holandeses y en una época muy anterior a la de Gregory. La prueba, creo yo, serían las numerosas preparaciones de forma idéntica que se elaboran desde hace siglos por todo el mundo, desde Japón a Europa, pasando por la India.
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Fotografía perteneciente a www.findagrave.com |
No todos están conformes con este hecho, sin embargo, nadie aporta una versión oficial alternativa, por lo que el capitán aparece en numerosos lugares como el inventor del donut. Personalmente pienso que el hombre decía la verdad, él también podría haber tenido esta buena idea de perforar la masa, sin embargo, no faltan tampoco argumentos que la atribuirían a los propios holandeses y en una época muy anterior a la de Gregory. La prueba, creo yo, serían las numerosas preparaciones de forma idéntica que se elaboran desde hace siglos por todo el mundo, desde Japón a Europa, pasando por la India.
Independientemente de su origen, también he encontrado muchas curiosidades acerca del donut que desconocía, realmente en Estados Unidos es toda una institución, pero ninguna tan bonita, a mi juicio, como la que os quiero contar. Ya sabéis que soy una aficionada a la historia, más, si cabe, la relativa a las dos grandes guerras. Me parecen apasionantes. Todo y que estoy convencida que esto ya lo había leído en alguno de mis libros, en ninguno de los que tengo he podido encontrar fotos relativas a las doughnut girls. Puede que esté equivocada y lo leyera en algún foro de esta temática de los que frecuento (al final acabo teniendo verdaderas empanadas mentales de donde he leído las cosas), así que he echado mano de internet para ilustrar un poco la entrada.
El primer viernes de junio y desde el año 1938, en Estados Unidos, se celebra oficialmente el día nacional del donut, National Doughnut Day. No es niguna frivolidad yankee, esto es así en honor a las cerca de 250 mujeres del ejercito de salvación (Salvation Army volunteers) que, durante el invierno de 1918, se esforzaron por aprovisionar de cafés y donuts a los soldados que se encontraban en las tricheras del frente de Francia .
El ejército de salvación envió a estas mujeres con la intención de reconfortar a los soldados con el calor de la cocina casera, que les abastecieran de bebidas e incluso que pudieran hacer un zurcido rápido en sus uniformes. En 1917, una joven llamada Hellen Purviance, fue enviada al frente francés para trabajar junto a la Primera División norteamericana. Por algún motivo que desconozco, aunque me imagino que se debería al arraigo de este dulce en la cultura norteamericana, ella y una de sus compañeras, tuvieron la idea de formar unos donuts con un poco de la harina con la que estaban trabajando. Con sus propias manos golpearon la masa para estirarla y, como no tenían cortador, utilizaron un cuchillo para cortar tiras que luego doblaron hasta cerrar sus extremos, con lo que quedaba una arandela con el centro vacío. Para cocerlos se sirvieron de una pequeña estufa que les obligaba a permanecer de rodillas y un cazo que les hizo las funciones de freidora. Según su propio testimonio, pronto se hizo una fila de soldados atraídos por el olor, que esperaban pacientemente su turno entre el barro y bajo la lluvia. En este primer intento parece ser que pudieron cocinar cerca de 150 donuts antes de que una terrible tormenta derribara la pequeña tienda que habían improvisado.
No vayáis a pensar que se trataba de algún edificio o refugio en retaguardia, algo que en mi opinión tampoco les quitaría un ápice de mérito, las mujeres del Ejército de Salvación se hacían un hueco entre las ruinas y las propias trincheras, donde improvisaban rudimentarias mesas para poder trabajar. Siempre con una sonrisa a pesar de estar bajo la amenaza del fuego germano. La primera guerra mundial fue especialmente cruenta en este sentido, de una concepción totalmente distinta a lo que se había conocido hasta la fecha. Ellas llevaban un uniforme militar de dotación, aunque con faldas, su propio "box respirator" colgado al cuello, su máscara de gas en posición de alerta, por la continua amenaza a la que estaban sometidas, pues corrían la misma suerte que los soldados. Eran las únicas mujeres, fuera del personal estrictamente militar, que tenían permitido el acceso a las líneas del frente.
El éxito de esta iniciativa fue tan inmediato que, al día siguiente, el número de chicas que se pusieron a pereparar donuts se multiplicó. En pocas horas se habían establecido puestos "especialmente equipados" a lo largo de las trincheras de primera línea del frente. Con simples botellas para amasar y la mayoría de las veces con los propios cascos de los soldados a modo de freidora, latas de leche condensada para cortar la masa y un tapón de cafetera con el cual hacer el agujero interior, estas chicas inundaron las trincheras del aroma de los donuts recién hechos. Se cree que en estas condiciones eran capaces de formar hasta 9.000 unidades a lo largo de una sola jornada. Esta especie de reto se convertiría en un verdadero aliciente, tanto para ellas como para los soldados.
La historia ha reconocido este hecho como un acto de coraje con el que estas mujeres
proporcionaron una inyección de moral a los hombres que luchaban en el frente, haciendo que pudieran sentirse un poco como en casa en medio de tanta desolación. Este grupo de mujeres, denominadas Lassies, pronto serían conocidas como las "Doughnut Girls" (chicas donut).
Durante la segunda guerra mudial las mujeres de la cruz roja hicieron el mismo trabajo, y se estima que al final de la guerra habían cocinado y llevado al frente más de 1.6 millones de donuts. A estas últimas se las recuerda como "Doughnut dollies" (muñecas donut).
Respecto a la receta, lógicamente ellas no siempre disponían de todos los ingredientes necesarios, sino que más bien intentaban lidiar con los excedentes, estirando las existencias o incluso sustituyéndolas. Por eso en internet se encuentran recetas distintas, con variaciones sensibles en las cantidades, sobre todo en cuanto a huevos, azúcar o mantequilla, ya que eran ingredientes de los que costaba más abastecerse. A diferencia de la harina, de la que parece ser habría excedente. No os extrañe que a todas se las catalogue como genuinas siendo tan distintas las unas a las otras, pues, teniendo en cuenta lo que os he contado, todas fueron recetas originales del ejército de salvación y hechas con la mejor de las voluntades. En este enlace, que pertenece a uno de los numerosos sitios del Ejército de Salvación, podéis encontrar una de las múltiples recetas de donuts "original". Os gustará comprobar la evidente diferencia con las recetas modernas, nosotros podemos permitirnos usar más huevos y las cantidades de leche y mantequilla que queramos. :-)
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Fotografía perteneciente a www.worldwar1.com |
El ejército de salvación envió a estas mujeres con la intención de reconfortar a los soldados con el calor de la cocina casera, que les abastecieran de bebidas e incluso que pudieran hacer un zurcido rápido en sus uniformes. En 1917, una joven llamada Hellen Purviance, fue enviada al frente francés para trabajar junto a la Primera División norteamericana. Por algún motivo que desconozco, aunque me imagino que se debería al arraigo de este dulce en la cultura norteamericana, ella y una de sus compañeras, tuvieron la idea de formar unos donuts con un poco de la harina con la que estaban trabajando. Con sus propias manos golpearon la masa para estirarla y, como no tenían cortador, utilizaron un cuchillo para cortar tiras que luego doblaron hasta cerrar sus extremos, con lo que quedaba una arandela con el centro vacío. Para cocerlos se sirvieron de una pequeña estufa que les obligaba a permanecer de rodillas y un cazo que les hizo las funciones de freidora. Según su propio testimonio, pronto se hizo una fila de soldados atraídos por el olor, que esperaban pacientemente su turno entre el barro y bajo la lluvia. En este primer intento parece ser que pudieron cocinar cerca de 150 donuts antes de que una terrible tormenta derribara la pequeña tienda que habían improvisado.
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Fotografía perteneciente a www.worldwar1gallery.com |
El éxito de esta iniciativa fue tan inmediato que, al día siguiente, el número de chicas que se pusieron a pereparar donuts se multiplicó. En pocas horas se habían establecido puestos "especialmente equipados" a lo largo de las trincheras de primera línea del frente. Con simples botellas para amasar y la mayoría de las veces con los propios cascos de los soldados a modo de freidora, latas de leche condensada para cortar la masa y un tapón de cafetera con el cual hacer el agujero interior, estas chicas inundaron las trincheras del aroma de los donuts recién hechos. Se cree que en estas condiciones eran capaces de formar hasta 9.000 unidades a lo largo de una sola jornada. Esta especie de reto se convertiría en un verdadero aliciente, tanto para ellas como para los soldados.
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Fotografía perteneciente a www.usmilitariaforum.com |
Durante la segunda guerra mudial las mujeres de la cruz roja hicieron el mismo trabajo, y se estima que al final de la guerra habían cocinado y llevado al frente más de 1.6 millones de donuts. A estas últimas se las recuerda como "Doughnut dollies" (muñecas donut).
Respecto a la receta, lógicamente ellas no siempre disponían de todos los ingredientes necesarios, sino que más bien intentaban lidiar con los excedentes, estirando las existencias o incluso sustituyéndolas. Por eso en internet se encuentran recetas distintas, con variaciones sensibles en las cantidades, sobre todo en cuanto a huevos, azúcar o mantequilla, ya que eran ingredientes de los que costaba más abastecerse. A diferencia de la harina, de la que parece ser habría excedente. No os extrañe que a todas se las catalogue como genuinas siendo tan distintas las unas a las otras, pues, teniendo en cuenta lo que os he contado, todas fueron recetas originales del ejército de salvación y hechas con la mejor de las voluntades. En este enlace, que pertenece a uno de los numerosos sitios del Ejército de Salvación, podéis encontrar una de las múltiples recetas de donuts "original". Os gustará comprobar la evidente diferencia con las recetas modernas, nosotros podemos permitirnos usar más huevos y las cantidades de leche y mantequilla que queramos. :-)
Hay mucha gente que cree que el mote de "Doughboy", con el que eran conocidos los soldados de infantería americanos que estaban en el frente en la WWI, tiene su origen en los donuts y en esta pequeña revolución culinaria que os he contado. Pero parece ser, según wikipedia, que ya se les llamaba así durante la guerra entre Estados Unidos y México, en 1848. Tendría que ver con las caras sucias y polvorientas, a consecuencia del clima y las tierras secas y áridas de los campos de batalla, que daba a los soldados la apariencia de una masa de pan antes de meter al horno. Sin embargo, nunca este mote fue tan popular como durante la primera guerra mundial, por lo que también se ha dicho que, como el uniforme de los soldados americanos en ese periodo tenía unos botones muy grandes y el resto de soldados de los países aliados decían que vestían como un Gingerbread Men, de ahí que les empezaran a llamar doughboys (chicos masa o chicos de masa). Sea por el motivo que fuere, este mote informal quedaría para siempre vinculado a los hombres de infantería norteamericanos de la primera gran guerra.
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Fotografía perteneciente a www.prioritypeople.org |
Hoy os traigo mi versión de este bollo, la más clásica de todas ellas, porque ya sabéis que tiene muchas posibilidades. No es una receta que difiera demasiado de cualquiera de las que podéis encontrar en libros o en internet, de hecho, yo aprendí a hacerlos gracias a los blogs de la red y, casi tanto o más, gracias a los comentarios de personas que aportaban sus ideas y también sus dudas. Sin embargo, no acababa de encontrarle ese punto que te ayuda a hacerlos con los ojos cerrados hasta que Sònia y su marido, de l'Exquisit, que tienen unas manos fabulosas para las masas y la bollería profesional, publicaron su receta. Les quiero dar las gracias porque fue la que mejor me ayudó a encontrar, de manera sencilla, la mía propia.
Como el hecho de prepararlos en casa nos da un poco de barra libre, ya sabéis que me gustan las masas muy hidratadas y huyo como de la peste de lo que para mí son complicaciones (léase poolish, masas madre... etc), con el tiempo he hecho un remix de todo lo aprendido hasta conseguir lo que a mi me parece, lógicamente para mis gustos, pequeños pedacitos de cielo con sabor al donut de toda la vida. Y así los he bautizado. No os podéis imaginar lo tiernos que son. Disculpadme porque está mal que me lo diga yo misma, pero, ni siquiera son como los comerciales, son mejores. Y no os preocupéis, como todas masas que preparo, son para dummies :-)).
A ver si os gustan.