
Este mes, Alba e Ingrid, de Film & food, han propuesto un reto no solo divertido sino hasta cierto punto laberíntico para mí, pues no solo no supe adivinar lo que tenía que adivinar, sino que me hice un lío de mil pares de narices. Hoy nos vamos a reír un rato, porque acabo de ver que no he acertado ni el número complementario.
El reto toma como base la película "Mi gran boda griega", una comedia romántica muy agradable de visionar, de las que, sin grandes pretensiones, te dejan buen sabor de boca. En esta ocasión quisieron añadir una pequeña complicación al reto con la adición de un ingrediente secreto, el cual debía estar presente en la receta, y que había que adivinar en base a un texto del dios Dionisio que presentaban en su entrada. Aquel día debía estar muy espesa, de hecho creo que lo estaba, porque aparte de ser conocido como Baco, el dios del vino, personalmente desconocía que representara otro tipo de fruto que no fuera la vid. Estuve buscando acerca de este dios pero no conseguía ir más allá del fruto de la vendimia y, como se hablaba de una fruta típica del mes de junio y julio, descarté la uva ya de entrada.
Me convencí que el ingrediente secreto, propio del mediterraneo, de frutos rojos y jugosos, tenía que ser la granada. Mira tú por donde!. Así que ni corta ni perezosa me dispuse a integrarla a mi receta. Al fin y al cabo, las mezclas dulce-salado son mis favoritas. Además, cuando te suenan campanas y no sabes dónde, como ha sido mi caso, es casi normal que al leer la historia del nacimiento de Dionisio, que tan bien explicaron Ingrid y Alba en su entrada, me acordara del secuestro Perséfone y las semillas de granada que le ofreció Hades. Vamos, que lo tenía clarísimo. ... ppppffffffff... jajajaja
Aún sabiendo que no se trata de este fruto (a toro pasado, claro) os voy a contar un poco por encima esta historia de la mitología griega porque el saber nunca ocupa lugar, aunque no sea precisamente el lugar adecuado el que está ocupando esta fruta :-)
Perséfone, una inocente doncella que había sido pretendida por numerosos dioses, hija de una relación incestuosa entre Zeus, rey de los dioses, y Deméter, llevaba una vida pacífica y alejada del Olimpo bajo la atenta protección de su madre, la diosa madre de la tierra y la agricultura. Un día la joven se encontraba recogiendo flores en un campo, cuando de repente la tierra se agrietó y de ella emergió Hades, dios del inframundo, título que había conquistado junto a sus dos hermanos, el propio Zeus y Poseidón, al derrotar a los Titanes y reclamar el gobierno del cosmos.
Hades, que no consiguió convencer a Perséfone para que le acompañara voluntariamente, la secuestró para convertirla en su consorte y reina del inframundo. Para los griegos se había convertido además en la temible Reina de los muertos y eran incapaces de pronunciar su nombre, refiriéndose a ella en numerosos escritos como "la doncella" o "la reina de hierro". Entonces, Deméter, desolada por la pérdida de su hija, dejó abandonadas sus obligaciones para buscarla desesperadamente, hasta que, enfurecida, lanzó además una maldición sobre la tierra, quedando estéril y paralizando la vida sobre ella, lo que produjo una gran hambruna. Todos los dioses, uno por uno, fueron a pedirle a Deméter que levantara la maldición sobre la tierra para que los humanos dejaran de sufrir, pero ella, lejos de mostrar clemencia, aseguró que la tierra permanecería estéril hasta que su hija fuera devuelta a su lado.
Helios, dios sol que todo lo veía, le contó a Zeus lo que había sucedido (aunque algunas versiones aseguran que el propio Zeus habría llegado a este trato con Hades, fingiendo un secuestro, ante la negativa de Deméter de casar a su hija), y Zeus, que no podía soportar por más tiempo la agonía que estaba sufriendo la tierra, envió a Hermes para rescatar a su hija y devolverla a los brazos de su madre. Sin embargo era imprescindible que la joven Perséfone no hubiera ingerido ningún alimento en el inframundo, ya que eso la vincularía a él y no podría jamás regresar a la superficie de la tierra.
Ante la insistencia de Hermes (y Zeus), Hades consintió en dejar partir a Perséfone, no sin antes ofrecerle semillas de granada, dulces como la miel, a sabiendas que al probarlas obligaría a la muchacha a volver con él al inframundo. No se sabe si Perséfone fue cómplice o realmente estaba engañada por Hades, el caso es que comió semillas de granada, y de regreso a la superficie, cuando fue preguntada por su madre, ella confesó. Deméter fue consciente entonces que su hija había quedado vinculada para siempre a Hades y al inframundo, y Zeus, ante tal dilema, propuso un trato para contentar a todas las partes. De cada año, Perséfone, pasaría un tercio del tiempo con su marido y el resto con su madre. Es por eso que cuando Perséfone está con Hades, en el inframundo, el invierno cae sobre la tierra, dejándola estéril y yerma, y cuando Deméter y su hija están juntas la tierra florece renovando su vegetación. Perséfone, desde entonces, simboliza la llegada de las estaciones y la fertilidad.
Pensando en qué receta griega podía preparar, de cuya cocina confieso no tengo ninguna noción, consulté un pequeño libro de bolsillo, de esos que se venden en grandes superficies y que llevan como título genérico "cocina mediterránea". No me gusta seguir sus recetas a pies juntillas porque tengo la sensación que no son nada rigurosas con las tradiciones, al menos las que yo conozco las maltratan bastante, sin embargo me van muy bien para casos como éste donde lo que necesito es consultar recetas de platos que desconozco. Me encontré con lo que en el libro llaman spanakopita, una especie de entrante o aperitivo, típico de Grecia, realizado en forma de empanada o empanadilla con la espinaca como ingrediente principal y me gustó.
Lo primero que hice fue buscar el nombre en griego porque a partir de ahí hay más posibilidades de dar con una receta auténtica y enseguida descubrí dos cosas. Por un lado la etimología del nombre, Σπανακοπιτα (spanakopita) significa literalmente pastel de espinacas (Σπανακο-spanako-espinaca / πιτα-pita-pastel). Y por otro que la versión más popular de la spanakopita es la Σπανακοτυροπιτα- (spanakotyropita) donde las espinacas se mezclan con queso (τυρο-tyro), normalmente el tradicional feta (φέτα). Y a partir de aquí me puse a buscar hasta que di con un conjunto de ingredientes que siempre están presentes en esta receta, las espinacas, por supuesto, el queso feta, cebolla, ajo, huevos y alguna hierba aromática, todo ello envuelto en una masa muy fina, que se realiza a mano, de harina, aceite de oliva y sal. Conocer el nombre original también es muy útil para encontrar vídeos, en youtube, de amas de casa preparando sus recetas auténticamente tradicionales. Lo de las granadas es cosa mía. :-)
Otra cosa, la spanakotyropita se suele presentar tradicionalmente de dos maneras, de una sola pieza, ya sea rectangular o redonda y cortada en raciones, o bien en forma de pequeños triángulos. También es muy habitual elaborarla con masa filo, y con ésta última forma y masa es como la he preparado yo.