
Hoy os quería mostrar una forma alternativa de conservación, pero es que me apasiono y se me ha ido la pinza sin querer :-S, y por mucho que quiero resumir y sintetizar creo que lo más acertado es que separe la entrada en dos, una parte introductoria, histórica y descriptiva, y una segunda parte práctica. Así, como mañana me voy unos días de vacaciones, es como si me dejara los deberes hechos :-))
Aunque en nuestro país se elaboran una gran variedad de excelentes embutidos curados, me gustaría hablaros solo de una preparación muy concreta y típica en Catalunya, porque son los productos que mejor conozco (y no tanto como yo quisiera :-))). Me refiero a las estrellas por excelencia de los embutidos curados catalanes, llonganisses y fuets.
Orígenes:
La llonganissa, como todos los salchichones, es probablemente una preparación de origen romano bien conocida en las mesas de la antigua Roma, según puede desprenderse de la lectura de escritores latinos como Marcus Valerius Martialis (conocido como Marcial, de origen hispánico, nacido concretamente en Calatayud) o Decimus Iunius Iuvenalis (Juvenal, en una de cuyas sátiras aparece la famosa expresión Panem et circenses -"pan y circo"), ambos del S.I d.C. Según he encontrado en internet, en escuetas descripciones históricas sobre este producto concreto, las primeras referencias escritas de la llonganissa datan del S.XIV, aunque algunos entendidos apuntan a que ya era una preparación típica de masies y casas particulares sobre el S.IV. Sin embargo, por otros datos que he consultado, y que hacen referencia a ambos escritores romanos, llonganisses y fuets podrían tener su origen mucho antes y en la Cerdanya, comarca del pirineo catalán de clima de alta montaña, donde, además de sus propias elaboraciones, era tradicional que los campesinos de comarcas más bajas llevaran sus embutidos a secar, y de donde precisamente los propios gourmets romanos se hacían traer sus jamones curados.
Es curioso porque sobre sus orígenes he encontrado dos versiones distintas, cierto es que una hace referencia a la Cerdanya y otra de la Plana de Vic, por lo que ambas podrían ser correctas, contemporáneas o no, teniendo en cuenta que las dos lo atribuyen a la cultura romana y a dos zonas distintas con esta tradición tan extendida en toda Catalunya. La primera, de manos del historiador Sr. Jaume Fàbrega i Colom, versión que avala con testimonios de escritores como los citados anteriormente, indicaría que el término catalán llonganissa proviene del latín Lucanica (derivando en longanicia por longus, en referencia a su largura), al igual que longaniza en castellano, lucanica o luganega (salsiccia lucana o lucanica) en italiano, o lukanika en los países balcánicos y Grecia, designando, con esta palabra, al embutido de cerdo curado en su propia tripa, siendo la excepción el término castellano Longaniza, que designa el mismo embutido pero cuando aún es crudo. Presume su origen, en lo concerniente a Catalunya, en la comarca catalana de la Cerdanya de cuyos jamones curados ya se tiene referencia escrita en el S.I.
Lucanica, o lucania (hoy en día correspondiente con Basilicata), fue una región del sur de la península itálica, cuyas pacificas ciudades fueron colonizadas primero por griegos y más tarde por romanos, hasta que, sobre el S.I, pasaron a ser prefecturas de Roma. Hoy en día es conocida por la calidad de sus Salami (salchichones) también de tradición milenaria. De hecho ya se habla de estas preparaciones, y otras similares, en la obra De re coquinaria, recetario referente de la época, cuya autoría se atribuye al gastrónomo Marcus Gauius Apicius (Apicius), que vivió en el S.I, en plena expansión del Imperio romano. A la izquierda podéis ver una Lucanica típica con su correspondiente etiqueta. La foto está editada de la original (para centrarla en lo que nos interesa), y pertenece a esta web.
La segunda teoría, extraída de una entrevista a un maestro charcutero, el Sr. Jordi Joan Alzina, y que también podéis encontrar en una página de TV3 (televisió de Catalunya), hace referencia a que, tanto su nombre como la elaboración, proceden del nombre de un pueblo romano llamado Lucasinia. Os traduzco la referencia literalmente : El vocablo y la historia de la llangonissa es muy curioso. El origen se remonta a un pueblo de Italia, Lucasinia. Los soldados romanos que estuvieron trabajando en la Vía Ausa (en realidad Vía Ausa-Barcino/ Vic-Barcelona) nexo entre Badalona y las tierras de Vic, una vez llegados a las tierras de Osona, se dieron cuenta que la climatología y la humedad de la plana de Vic era muy similar a la de Lucasinia. Este hecho motivó que los romanos comenzaran a enseñar los secretos de la llangonissa a los habitantes autóctonos de la zona. También dice a continuación: Una curiosidad destacable es que la llangonissa y el fuet no se conocía en el resto de la península ibérica hasta bien entrados los años 60.
Os dejo estos datos a modo anecdótico, yo no tengo conocimientos para discernir, aunque, de entrada, me imagino que se refiere a los soldados que supervisaban el trabajo de construcción. Tampoco he sido capaz de encontrar ninguna referencia escrita al nombre de Lucasinia que menciona el Sr. Alzina (supongo que se refiere a Lucanica, mi latín ya era regular cuando estudiaba y desconozco si ambos términos pueden tener relación), ni como pueblo/ciudad del imperio romano, ni siquiera de la actual Italia, más confuso si cabe siendo que Lucanica era una región y no un pueblo. En definitiva ninguna referencia escrita que avale sus palabras, pienso que puede tratarse de una historia con cierto fundamento pero algo confundida en los detalles. Sin embargo ambas explicaciones o teorías me parecen plausibles, incluso la concerniente a la zona de la Plana de Vic, que a pesar de todo tiene una lógica. Por otro lado, si Marcial, ya en el S.I, deja constancia escrita de que los jamones curados preferidos por los gourmets romanos eran los secados en la Cerdanya, es muy posible que también vieran adecuado su clima de alta montaña para curar los salchichones, tan populares en Roma. Sea como fuere, los curados de la Cerdanya siguen siendo hoy en día reconocidos por su gran calidad, al igual que los curados de la Plana de Vic.
Es curioso porque sobre sus orígenes he encontrado dos versiones distintas, cierto es que una hace referencia a la Cerdanya y otra de la Plana de Vic, por lo que ambas podrían ser correctas, contemporáneas o no, teniendo en cuenta que las dos lo atribuyen a la cultura romana y a dos zonas distintas con esta tradición tan extendida en toda Catalunya. La primera, de manos del historiador Sr. Jaume Fàbrega i Colom, versión que avala con testimonios de escritores como los citados anteriormente, indicaría que el término catalán llonganissa proviene del latín Lucanica (derivando en longanicia por longus, en referencia a su largura), al igual que longaniza en castellano, lucanica o luganega (salsiccia lucana o lucanica) en italiano, o lukanika en los países balcánicos y Grecia, designando, con esta palabra, al embutido de cerdo curado en su propia tripa, siendo la excepción el término castellano Longaniza, que designa el mismo embutido pero cuando aún es crudo. Presume su origen, en lo concerniente a Catalunya, en la comarca catalana de la Cerdanya de cuyos jamones curados ya se tiene referencia escrita en el S.I.
Lucanica, o lucania (hoy en día correspondiente con Basilicata), fue una región del sur de la península itálica, cuyas pacificas ciudades fueron colonizadas primero por griegos y más tarde por romanos, hasta que, sobre el S.I, pasaron a ser prefecturas de Roma. Hoy en día es conocida por la calidad de sus Salami (salchichones) también de tradición milenaria. De hecho ya se habla de estas preparaciones, y otras similares, en la obra De re coquinaria, recetario referente de la época, cuya autoría se atribuye al gastrónomo Marcus Gauius Apicius (Apicius), que vivió en el S.I, en plena expansión del Imperio romano. A la izquierda podéis ver una Lucanica típica con su correspondiente etiqueta. La foto está editada de la original (para centrarla en lo que nos interesa), y pertenece a esta web.
La segunda teoría, extraída de una entrevista a un maestro charcutero, el Sr. Jordi Joan Alzina, y que también podéis encontrar en una página de TV3 (televisió de Catalunya), hace referencia a que, tanto su nombre como la elaboración, proceden del nombre de un pueblo romano llamado Lucasinia. Os traduzco la referencia literalmente : El vocablo y la historia de la llangonissa es muy curioso. El origen se remonta a un pueblo de Italia, Lucasinia. Los soldados romanos que estuvieron trabajando en la Vía Ausa (en realidad Vía Ausa-Barcino/ Vic-Barcelona) nexo entre Badalona y las tierras de Vic, una vez llegados a las tierras de Osona, se dieron cuenta que la climatología y la humedad de la plana de Vic era muy similar a la de Lucasinia. Este hecho motivó que los romanos comenzaran a enseñar los secretos de la llangonissa a los habitantes autóctonos de la zona. También dice a continuación: Una curiosidad destacable es que la llangonissa y el fuet no se conocía en el resto de la península ibérica hasta bien entrados los años 60.
Os dejo estos datos a modo anecdótico, yo no tengo conocimientos para discernir, aunque, de entrada, me imagino que se refiere a los soldados que supervisaban el trabajo de construcción. Tampoco he sido capaz de encontrar ninguna referencia escrita al nombre de Lucasinia que menciona el Sr. Alzina (supongo que se refiere a Lucanica, mi latín ya era regular cuando estudiaba y desconozco si ambos términos pueden tener relación), ni como pueblo/ciudad del imperio romano, ni siquiera de la actual Italia, más confuso si cabe siendo que Lucanica era una región y no un pueblo. En definitiva ninguna referencia escrita que avale sus palabras, pienso que puede tratarse de una historia con cierto fundamento pero algo confundida en los detalles. Sin embargo ambas explicaciones o teorías me parecen plausibles, incluso la concerniente a la zona de la Plana de Vic, que a pesar de todo tiene una lógica. Por otro lado, si Marcial, ya en el S.I, deja constancia escrita de que los jamones curados preferidos por los gourmets romanos eran los secados en la Cerdanya, es muy posible que también vieran adecuado su clima de alta montaña para curar los salchichones, tan populares en Roma. Sea como fuere, los curados de la Cerdanya siguen siendo hoy en día reconocidos por su gran calidad, al igual que los curados de la Plana de Vic.
Tradicionales, artesanales e industriales.
Los fuets y llonganisses tradicionales se elaboran única y exclusivamente con carne de cerdos autóctonos, seleccionadas concretamente de las partes magras del jamón de estos animales y una muy pequeña cantidad de tocino (cansalada) para darle textura y sabor. Pero son prácticamente magros si son caseros o artesanales, por lo que no se observa grasa a simple vista, lo cual os dará rápidamente una pista de su calidad. Los encontrareis, además de en masies y pueblecitos, en charcuterías, carnicerías y empresas catalanas de prestigio.
Se condimentan con sal y una más que significativa cantidad de pimienta negra que garantice su conservación. Absolutamente nada más. La exquisita excepción a esta regla sería la que se prepara en algunas poblaciones de Girona en base a la popular butifarra dolça (butifarra dulce), condimentada con azúcar y ralladura de limón, que puede comerse cocida o dejarse secar para hacer fuet, y que la distingue del resto de fuets y llonganisses. La foto pertenece a la web de Can Duran.
Estas preparaciones artesanales, tras un periodo de maceración, se embuten en la propia tripa del cerdo, algunas con la tripa cular (dicen que las de mayor calidad), otras el intestino delgado, pero siempre del propio cerdo, nunca de otros animales como es habitual en otros salchichones (ovino, vacuno). Mayor será su calidad cuando más magra sea su carne y, por encima de todo, las condiciones climáticas bajo las cuales se efectúe el secado. Los aires secos y fríos del pirineo, las tramuntanas de l'Ampurdà, o las brisas de la Serra del Montseny, serán las responsables de dotarlas de un sabor inigualable e inconfundible. Solo en la Plana de Vic, en la comarca de Osona, existen 28 poblaciones con denominación de origen sobre las llonganisses. Una buena Llonganissa de Vic (o Salchichón de Vic) debe presentar la etiqueta original, suministrada por el consejo regulador de la denominación I.G.P., "Llonganissa de Vic. Indicació Geogràfica Protegida" además de su logotipo y otros datos que exige la normativa. Esta comarca es probablemente la que mayor proyección exterior tiene en cuanto a este producto, pero ciertamente no es la única. La foto pertenece a esta web.
Se condimentan con sal y una más que significativa cantidad de pimienta negra que garantice su conservación. Absolutamente nada más. La exquisita excepción a esta regla sería la que se prepara en algunas poblaciones de Girona en base a la popular butifarra dolça (butifarra dulce), condimentada con azúcar y ralladura de limón, que puede comerse cocida o dejarse secar para hacer fuet, y que la distingue del resto de fuets y llonganisses. La foto pertenece a la web de Can Duran.

La industria recogió el testigo de esta tradición casera y artesanal en el S.XIX. Los fuets o llonganisses industriales, que se elaboran tanto por empresas catalanas como en algunas de ámbito estatal, tienen mayor contenido en grasa (hasta un 48%), incluyendo también en la mayoría de casos, vinos, lactosas, azúcares, féculas, aditivos, colorantes, antioxidantes y un desconcertante número de conservantes artificiales que hacen que tengan poco en común con la versión artesanal. Sin embargo, si se denomina llonganissa, o fuet, solo deben tener como base única y exclusivamente los ingredientes cárnicos citados, y condimentarse con sal y pimienta. Fijaos bien en las etiquetas, no todos son iguales, los hay de una calidad muy digna, sin embargo, puede que el fuet que más se publicita no sea precisamente el de mejor calidad. Elegid en todo caso siempre calidad extra, que debe ser visible en sus etiquetas. Tened en cuenta también que, aunque se denominen a sí mismos artesanales, si llevan algún conservante que no sea el natural, no lo son. Las carnes de estos preparados industriales se embuten habitualmente en celulosas o plásticos. Y en muchas ocasiones, prescinden de los beneficios de los microlimas realizando los secados de manera artificial, con lo que saben igual allí donde sea que se fabriquen.
Llonganissa, fuet o secallona?
Llonganissa, fuet, tastet, secallona, espetec, petador, cigala de gos, llonganisset, somalla, y un largo etcétera, son nombres que definen exactamente la misma preparación pero que se distinguen por el calibre, el nombre que le han dado en la zona de la que son típicos, o simplemente una cuestión descriptiva. La más gruesa de todas ellas es la llonganissa que puede tener un mínimo de 4cm hasta 7-9cm de diámetro y una longitud de entre 50 y 90 cm. Su peso oscila entre los 500 y 2500gr. Más delgados son las secallones y fuets, de entre 3-4cm de diámetro por unos 30-35 de longitud, el nombre de la primera alude en catalán a la butifarra ya seca, y la segunda del catalán fuet, "látigo" en castellano, por su forma larga y fina que recuerda estas varas con las que se aviva a los animales. Del grosor de un dedo meñique y más cortitas serían las cigales de gos (esto no lo voy a traducir :-)), especialmente atractivas para los críos porque parecen una golosina, que se realizan con salchicha en lugar de butifarra. A parte de los tamaños, hay otro tipo de distinciones, como por ejemplo L'espetec, fuet muy popular en Catalunya y popularizado recientemente en el resto de España por una conocida empresa, su nombre hace referencia onomatopéyica, en catalán, de algo seco al partirse (aunque los que venda esa empresa sean tiernos), son especialmente típicos de las comarcas de Osona y Alt Urgell. Otro ejemplo seria el Petador, que también hace referencia a su ruido al romperse.
Sea cual sea su denominación y calibre, el clima es el factor más importante y que determinará definitivamente su personalidad. Los diferentes microclimas catalanes dotarán a todas estas elaboraciones de sabor propio y carácter, por lo que podemos decir que cada uno de estos microclimas crea sus propios fuets o llonganisses con gusto original e inconfundible. Por esta distinción climática cabría destacar las llonganisses y fuets de las comarcas de la Cerdanya, del Plà de l'Estany (Banyoles) o de l'Empurdà, entre otras, que son de tipo montañoso, y que tradicionalmente se presentan con una sección en forma de 8 (en la próxima entrada os contaré como). Los de Osona (Vic), o la Garrotxa (Olot) y otras zonas húmedas suelen ser más redondeados y normalmente presentan un moho (florit) natural, propio de su clima, que también le otorga un perfume característico. También son especialmente destacables los elaborados en ambos Pallars (Sobirà y Jussà), en el Vallès, o en el Berguedà. Sé que me dejo muchas denominaciones, comarcas y pueblos, porque realmente es una elaboración generalizada, y acertaría mejor si dijera que se elaboran en toda Catalunya y el con caracter propio de allí de donde fueran, pero no puedo dejar de citar lo especialmente buenas que son las llonganisses de Caldes de Montbui (Vallès oriental) y las de Organyà, de las que también he dado muy buena cuenta. :-)
Todas estas preparaciones se consumen únicamente en crudo, es decir, curadas, pero nunca cocinadas. Suelen servirse en lonchas muy finas, en el caso de las llonganisses y debido a su tamaño, pudiendo ser en porciones o secciones más grandes en el caso de fuets o preparaciones más delgadas. Presentados en una bandeja para su degustación, o bien sobre pa amb tomàquet o en el interior de bocadillos de pan. También es habitual en las típicas amanides catalanes, que como todas las ensaladas recoge productos de la huerta acompañándolos de embutidos típicos, como butifarra blanca, bull, catalana, cap de porc o llonganisses i fuets.
En la foto con que he encabezado la entrada os muestro, de izquierda a derecha, tipos distintos de llonganisses y fuets (y un salchichón ibérico), de los que en este momento disponía en casa, para que podáis hacer una pequeña comparativa después de todo lo que os he contado. Todas ellas son industriales, o con base industrial, por lo que se observan menos magras que si fueran caseras o producción artesanal. La primera de la izquierda, que está partida en dos, es la secallona o fuet que he curado en mi casa para poderos mostrar en esta entrada, está realizada lógicamente de una butifarra industrial pero carece de conservantes artificiales, colorantes ni aditivos, es sencillamente magro de cerdo, panceta, sal y pimienta. Observad que es prácticamente igual que el fuet situado a su derecha que sí es industrial en su secado. La que está justo centrada es una llonganissa que podría ser representativa de zonas más húmedas, como Vic (aunque no lo es), también industrial (a pesar de venir todas etiquetadas como artesanales). Observad en ambos, fuet y llonganissa el característico moho. Curioso que en mi secallona no se haya producido viviendo tan cerca del mar y a los pies de un monte que cuando llueve parece Mordor :-).
En cuarto lugar, casi no llego a tiempo a enseñarosla :-), una llonganissa típica de montaña, con sección en forma de 8, también industrial. Aún así todas son más magras que el salchichón de cerdo ibérico que os he puesto a la derecha de todas ellas, de buena marca dicho sea de paso, la única pieza de las que os muestro que no es de producción catalana y que también es industrial. Observad el tono y cantidad de su grasa, que por otro lado caracteriza el delicioso sabor de los ibéricos, pero que en este caso concreto no cumple las expectativas que caben esperar en una llonganissa. Ni por su aspecto ni por su sabor.
Pues hasta aquí lo que os quería contar sobre este producto tan típico. En la segunda parte del post os enseñaré como hacer vuestros propios fuets, con vuestro propio microclima que le imprima el carácter especial del lugar donde vivís. Y no me vale que me digáis que vivís en una gran ciudad, porque mi abuela, la materna, que nació y vivió en pleno centro de Barcelona, se hartó de colgar fuets de la galería :-).
Intentaré responder a vuestros comentarios en la medida que me sea posible, voy a estar una semana fuera de casa, así que tened un poquito de paciencia si veis que no doy muchas señales de vida. :-)
ResponderEliminargracias por estar ahí :-)
Ohhh! querida Maduixa que post tan bueno e interesante!
ResponderEliminarHe leído todito y me ha encantado.Estoy ansiosa por el próximo post donde nos enseñarás cómo hacerlos.
besitos
Gaby
La llonganissa de Vic és la millor!!! Je je je... es nota que sóc mig de Vic, oi?
ResponderEliminarNo coneixia gens aquest origen romà que té, m'ha agradat molt llegir-ho ;)
Sabes que mi hija pequeña es la reina del fuet?? asi que me lo imprimo y me lo leeré con detenimiento en el metro.
ResponderEliminarPasadlo bien y ha muchas fotos.
Un beso
Muchas gracias por todo lo que nos cuentas.Me has aclarado la eterna duda sobre el fuet y el "espetec".
ResponderEliminarEn casa nos encanta y claro, nunca hemos comido uno artesal.Debe ser la bomba.
Disfruta y nos lo cuentas a la vuelta.Un besuco,
María José.
Llonganissa, fuet o secallona... la boca se'm fa aigua quan em donen un trosset.
ResponderEliminarGràcies d'aquesta repassada històrica: ha estat força interessant!
Besades!
Clase magistral del tema de les llonganisses, fuets y demás.
ResponderEliminarEn casa de mis padres siempre mataban el cerdo en enero y era toda una fiesta hacer el "mamdongo" toda la familia junta.
Especialmente me gustaba amasar la carne con la cansalada , la sal y la pimienta, y luego con la maquinita de la manivela ir embutiendo la carne en la tripa previamente lavada con limón, naranja, sal y agua... que tiempos!!!
Actualmente seco longanizas en casa,( bueno de hecho en el Pallars sobirà donde tengo una casita), en poco tiempo tengo unas longanizas exquisitas, eso si, la materia prima es lo fundamental, en mi carnicería de confianza pido que son para secar.
Uyyy casi me descuido y pongo aquí un discurso.
Espero la segunda parte.
Petons
Abrir la puerta de tu cocina -de tu despensa en este caso- es mas que un placer casi un rito, me la imprimo para leer con todo detenimiento asi que ya te contaré a la vuelta.... me llevo también tus ultimas recetas y que sepas que en tu fondo de frigorifico dormiría yo el sueño de los justos (ahora no sé muy bien si es apropiada la frase con los matices a los que se aplica pero es lo que me ha venido a la cabeza jaja) .
ResponderEliminarBesicos sorianos
Ens as donat una classe magistral, sobre aquets embotits que acostumem a menjar i que estan molt bons. Espero la segona part amb impaciència, Molt Bones Vacances
ResponderEliminarMolts petons
Menudo tutorial de embutidos tan interesante. Tomo buena nota de tus consejos.
ResponderEliminarDisfruta de tu semana de vacaciones... yo hasta NOVIEMBRE no las puedo tener este año... así que tendré un poco de envidia cochina... jajaja.
Te cuidamos el blog y regamos las plantas, besote
maduixa, m'ha fet molta gracia llegir aixo, els meus pares eren tocinaires, es van jubilar l'any passat... n'he menjat molts de fuets i he fet unes quantes botifarres, que no es el mateix pero es fan de manera similar :)
ResponderEliminarGaby!! gracias guapa, pues espero que te guste!! :-)
ResponderEliminarApa Gemma!! així tu ets una privilegiada!! Noia, que bones que son a Vic... :-)
Su, pues la próxima entrada te vendrá de miedo! ya puedes ir camelándote a tu charcutero de confianza, seguro que a tu hija le hará mucha ilusión poder prepararlas ella misma :-)
Mª José fíjate lo que son las cosas, que es cuando vengo a casa de mis padres cuando puedo comprarlas artesanas :-), tampoco me es nada fácil desde mi casa. Puede que sea por echarlas tanto de menos que he acabado escribiendo sobre ellas :-)
Xavier, gràcies maco, sempre es interessant de saber aquestes coses, oi? :-)
Dolorss jo no he tingut la teva sort, no tindria valor de participar en tot el procés, però de ben petita he vist com prepareven les llonganisses a la Cerdanya, tot i així, només vull explicar com es pot fer de manera senzilla comprant una bona botifarra per deixar assecar, i es clar, que ho pugui fer tothom. Segur que serà una entrada curiosa per a qui no n'està acostumat :-)) per cert, qué bones t'han de quedar al Pallars... :-)
Raquel!! gracias cielo, para mí el placer es volverte a leer, aquí, allí o donde sea :-)
Sion! gràcies bonica, segur que tu també n'estàs acostumada a assecar secallones :-)
Futuro, que conste que solo hablo de lo que sé sobre llonganisses, los demás embutidos y salchichones los desconozco :-) (te dejo el fertilizante bajo la sección de links) :-))))
Adriana! a les hores això ha estat com ensenyar a fer espardenyes a en Ferragamo :-)) espero que t'hagi agradat la meva petita aportació! :-))
muchas gracias por vuestros comentarios, un abrazo gigante a todos :-))
Hola Maduixa, ya se me olvidaba contestarte a este post. Ya sabes que con la cantidad de literatura que tienen prefiero leerlos tranquilamente en casa, y nunca llgea el momento. Ahora ya he hecho un hueco y me lo he visto.
ResponderEliminarPese a que ya lo conocíamos desde hacía mucho tiempo, desde hace relativamente poco podemos acceder a él comprándolo en un par de charcuterías cercanas a nuestro trabajo y cercanas a casa de mis padres. Lo que llega es llonganisa de Vic o salchichón payès, que es como más se ve por aquí, y poco más no te creas.
Sin lugar a dudas este tipo de llonganissa o fuet, como erróneamente llamamos a todo lo que no sea salchichón tradicional, se ha convertido en uno de mis embutidos favoritos, y eso que mi familia política son extremeños y eso del embutido ibérico de calidad lo tienen muy dentro, y no se lo cambies por nada del mundo porque te cantan las cuarenta y te empiezan a explicar cosas de amigos productores, que si premios etc. Cada vez que van, es verdad que traen buenos ejemplares y es verdad que lo son, pero desde hace un tiempo he empezado a salir de esta burbuja ;) porque me gusta más la idea de un salchichón más magro, más sabroso, más tierno, y ya no por reducir la ingesta de grasas, que también, si no porque su sabor me gusta más. Y eso que curiosamente parte de ese sabor lo da la grasa, como bien comentas, y grasa en el salchichón extremeño hay bastante más cantidad. Será lo que nos comentas de la curación y secado, eso parece evidente.
Pues Maduixa, he comido mucho salchichón ibérico producido dentro del cordón geográfico que engloba campiña sur extremeña y Huelva, cerdo de bellota que como te comentaba es cierto que tiene mucha calidad, y ya te digo que más o menos conocemos los productores cercanos al pueblo del padre de Lola y algunos hacen productos fantásticos, por ejemplo, el salchichón que compramos siempre que podemos es de un productor de allí que está hecho con carnes más nobles y es 100% artesanal. Ese sí que literalmente se sale de todo lo que se vende por allí.
En resumen que me tengo que poner a trabajar ;), aunque a mi familia les encanta el embutido que se produce en la zona Zalamea y Azuaga etc, los de Plana de Vic son a mi juicio mejores, muy sabrosos, más naturales y muy agradables, además ´se puede cocinar con ellos, es decir, son muy válidos para varias aplicaciones culinarias como las ensaladas que comentas.
Por último sobre lo nos cuentas de la calidad de la tripa cular y también que no se llegara a conocer este embutido artesanal en el resto de la península hasta mediados de los 60!!!, me ha llamado la atención, pero vamos, no me extraña.
Contigo se aprende mucho y te agradezco de nuevo este post. A la espera estoy de la siguiente entrega, es muy interesante.
Hicimos un pequeñísimo y modestísimo reportaje sobre nuestras compras hará más de 1 año, mira aquí y corrígeme en lo que nos hayamos equivocado.
Un saludo.
Carlos, no me vas a creer pero ya me leí tu artículo :-). Buscando alguna fotografía por internet de la llonganissa de Vic fui a parar allí directamente. Para nada pienso que yo fuera capaz de corregir ni un punto ni una coma. Me pareció un artículo excelente, el punto de vista de un consumidor exigente, que sin estar familiarizado con el producto (me refiero en cuanto a la tradición), opina con cierta profundidad. Ya sabes cuanto admiro esta capacidad que tienes de analizar todo tipo de preparaciones que, en principio, te son más o menos ajenas. :-)
ResponderEliminarYo soy una enamorada de los productos ibéricos, sinceramente, y en concreto de los jamones y chorizos. En mi opinión, no hay jamones y paletas más gustosos que estos, aunque los hay y muy buenos. Sin embargo en cuestión de salchichones, las llonganisses de Vic, y otras denominaciones quizás menos extendidas, también son mis preferidas. Curioso que siendo elaboradas de jamones de cerdos autóctonos, el propio jamón curado de estas zonas no sea especialmente destacable, en cuanto a mis gustos, claro está. Yo creo que el clima es un factor importante, aquí, allí y en todas partes, lo cual da personalidad a cada uno de estos productos.
Te agradezco que hicieras un hueco de tu tiempo personal para leerme, :-). Espero que la parte "práctica" (que en el fondo no lo es tanto :-)), te guste o te parezca curiosa. :-)
un abrazo.
Jo treballava en una carnisseria on veníem fuet de producció pròpia i al veure el cartell que posava "Espatec" vaig dir -Coi! Aqui hi ha una falta d'ortografia!
ResponderEliminarL'amo em va contestar que el terme "espetec" estava comercialment registrat per aquella marca que sabem i que per això ho havia d'escriure similar, però diferent. L'ús d'aquell terme sense permís del seu "amo" era denunciable.
Apa que si és cert... quins collons!
Què curiós el que expliques, Angel, per que en el fons seria com registrar "cataclec", o "pim pam pum", oi? :-) ja potser veritat el que et van dir, i segurament serà sempre que la paraula estigui vinculada a un fuet, per que altre cosa no sembla que tingui sentit, clar que parlo per parlar...
ResponderEliminarDoncs sí, noi, i ben grossos! :-)
Moltes gràcies per deixar-me el teu comentari, sigues molt i molt benvingut. :-)
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ResponderEliminarFirst, researchers decided to bts shirt test the racial empathy gap, which suggests that people are unable to empathize with pain in people of different races. A series of experiments showed that white subjects' palms began to sweat uncontrollably when they were forced to watch a white person's skin get prodded with family reunion shirts a needle. Conversely, when watching the needle come into contact with black skin, they sweated less meaning that they didn't "feel the pain" as much when seeing it inflicted on a black person.
En la foto con que he encabezado la entrada os muestro, de izquierda a derecha, tipos distintos de llonganisses y fuets (y un salchichón ibérico), de los que en este momento disponía en casa, para que podáis hacer una pequeña comparativa después de todo lo que os he contado. Todas ellas son industriales, o con base industrial, por lo que se observan menos magras que si fueran caseras o producción artesanal. La primera de la izquierda, Beautiful Antique Tribal Ear Rings , gold head pieces , small jewelry box , winter shawl que está partida en dos, es la secallona o fuet que he curado en mi casa para poderos mostrar en esta entrada, está realizada lógicamente de una butifarra industrial pero carece de conservantes artificiales, colorantes ni aditivos, es sencillamente magro de cerdo, panceta, sal y pimienta. Observad que es prácticamente igual que el fuet situado a su derecha que sí es industrial en su secado. La que está justo centrada es una llonganissa que podría ser representativa de zonas más húmedas, como Vic (aunque no lo es), también industrial (a pesar de venir todas etiquetadas como artesanales). Observad en ambos, fuet y llonganissa el característico moho. Curioso que en mi secallona no se haya producido viviendo tan cerca del mar y a los pies de un monte que cuando llueve parece Mordor
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